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Lo siento. Siento no ser lo que esperabas. Siento no estar como deberíamos, como querríamos. Como pudimos. La cabeza nos ayuda a tomar decisiones prudentes y razonadas. Pero las cosas del amor no están en la cabeza, no se piensan, no se planean, no buscas que sucedan de ese modo o en ese instante, no.  Sí no en el corazón. El corazón nos anima a hacer las cosas con pasión, alegría y entusiasmo. Donde todo ocurré de repente, sin esperarlo. Todo en el corazón es espontáneo. Y realmente, las mejores cosas, las mejores frases, las más bonitas, las más reales y sinceras no son las que se piensan, si no las que salen expontáneas y directamente desde el corazón, el mismo que se encoje al decirlas, al sentir que era eso lo que sentía, lo que ansiaba decir, lo que gritaba en silencio. Y ahora siento que no estoy a la altura. Yo no te merezco. Claro que esto no es planeado, es natural. Es lo que hay, lo que había. Lo que no supimos valorar hace tiempo y lo que ya se ha acabado. Porque donde no hay no hay. E intentarlo planear, fue un error. Porque los hechos no suceden como se planean. A veces varian. Al final las cosas cambian, para bien o para mal. 

 

Necesito alguien que comprenda que estoy sola en medio de un montón de gente.